Entre los deberes de los integrantes del Shin Bet [servicio de inteligencia del régimen de Israel] se encuentra el de proteger la vida de altos funcionarios del régimen, mediante escoltas personales, sin embargo, el ojo avizor de la comunidad internacional está monitoreando de cerca a toda persona vinculada con el gabinete sionista, autoridades, militares, incluso soldados.
Según el rotativo Jerusalem Post, miembros de la unidad de protección del Shin Bet se han dado a la tarea de intentar ocultar sus rostros con máscaras en lugares públicos para evitar ser identificados y procesados por países u organizaciones que llevan adelante causas contra Israel por el genocidio que perpetra en la Franja de Gaza y la Cisjordania ocupada.
Varios países están involucrados en la demanda ante la Corte Penal Internacional en contra del régimen israelí y su genocidio, así como también organizaciones pro derechos humanos, como la Fundación Hind Rajab, han pedido el arresto de soldados sionistas que han participado en las masacres de palestinos, a través de pruebas que aportaron esos mismos soldados con fotografías que colgaron en las redes sociales de “sus hazañas” en Gaza, lo que ha consolidado los procesos judiciales en su contra.
Es menester mencionar que estas operaciones de seguridad se extienden a los familiares de estas figuras, tal es el caso de Yair Netanyahu, hijo del premier israelí, cuya vigilancia las 24 horas del día pasa una factura de 60 000 dólares mensuales a los israelíes de a pie.
ctl/rba