En un informe publicado este sábado, la oficina de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha alertado de que el nuevo plan expansionista de Netanyahu pretende la anexión del 75 % de la zona C de la ocupada Cisjordania.
La zona en cuestión, que equivale a 60 % de la superficie del territorio cisjordano, actualmente está administrada por los militares sionistas, pero si el régimen de Tel Aviv se la anexiona, a los palestinos de la zona se les impondría la ley israelí y estos pasarían a ser identificados como árabo-israelíes.
Las nueva información se dio a conocer días después de que el primer ministro israelí en funciones indicara el 10 de septiembre que, de salir reelegido en las elecciones de la semana próxima, se anexionarán el valle del Jordán y el norte del mar Muerto, dos partes estratégicas de la Cisjordania ocupada.
La OLP, además, ha detallado que Israel pasaría a considerar la autopista 80, ubicada cerca del valle del Jordán, como la nueva frontera de su presunta zona anexionada, y esta área tiene unas 1 236 278 hectáreas y abarca el 22,3 % de Cisjordania.
La convertida promesa de Netanyahu sobre el valle del Jordán —territorio palestino ocupado por Israel desde 1967— ha recibido el firme rechazo de los palestinos, así como de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y las organizaciones islámicas.
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En los últimos años, en especial tras la llegada de Donald Trump a la Presidencia de EE.UU. y su apoyo omnímodo a Israel, las autoridades del régimen de Tel Aviv han aplicado distintas medidas del todo ilegales, por ejemplo, la expropiación de más tierras palestinas.
La nueva medida israelí de anexionarse más tierras de la ocupada Cisjordania podría significar la muerte definitiva de la solución conocida como “de dos Estados”, conforme a muchos expertos.
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