Según las autoridades israelíes, estas tiendas, que incluían supermercados, pastelerías y restaurantes, fueron objeto de demoliciones, por haber sido construidas sin un permiso israelí, difícil de obtener.
Los propietarios de las tiendas recibieron un aviso de 12 horas para evacuar sus tiendas antes de que se llevaran a cabo las demoliciones en esta región, que según la comunidad internacional pertenece a los palestinos.
Con frecuencia, el régimen de Tel Aviv destruye las casas y propiedades en las zonas internacionalmente conocidas como palestinas.
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