El fortalecimiento de los asentamientos, ha indicado Netanyahu, responde a la necesidad de “hacer justicia” después de que el rabino Raziel Shevach muriera el pasado mes de enero como consecuencia de un ataque palestino a las afueras del asentamiento de Havat Gilad.
“Quien crea que a través del asesinato de un residente de Havat Gilad puede quebrantar nuestro espíritu y debilitarnos, está cometiendo un amargo error”, ha amenazado.
Netanyahu ha formulado tales declaraciones antes del comienzo de su reunión semanal con su gabinete, cita en la que ha sido aprobada, de forma unánime, la legalización del asentamiento de Havat Gilad, considerado ilegal a ojos de la legislación israelí.
Quien crea que a través del asesinato de un residente de Havat Gilad puede quebrantar nuestro espíritu y debilitarnos, está cometiendo un amargo error”, amenaza el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu.
Dicha aprobación ha suscitado las críticas de las autoridades palestinas, entre ellas, Wasel Abu Yusef, un miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), quien ha reiterado que “todos los asentamientos de Cisjordania, incluida (la ciudad de) Al-Quds (Jerusalén), son ilegales”.
La ONG israelí Betselem, a su vez, ha condenado este mismo domingo la referida política, alertando de que esta “mina aun más la posibilidad de una solución de dos Estados”.
El régimen de Israel ha aprobado, en múltiples ocasiones, la extensión de viviendas en los asentamientos, que, a juicio de la comunidad internacional, son ilegales.
A mediados de enero, la Unión Europea (UE) denunció los planes expansionistas del régimen de Israel —a los que se han asignado más de 9 millones de euros— en los territorios palestinos por “contravenir” el derecho internacional.
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