• El líder de Podemos, Pablo Iglesias (dcha.), y su exnúmero dos Íñigo Errejón, Palma de Mallorca, España, 8 de diciembre de 2015.
Publicada: sábado, 20 de junio de 2015 11:15
Actualizada: sábado, 9 de septiembre de 2017 8:06

En España, el antiguo mapa político está por cambiar, a medida que las plataformas alternativas de izquierda, gracias a su significativo avance, encaminan al país hacia el fin del bipartidismo.

Las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo representaron un golpe duro para los dos principales partidos del país, es decir, al Partido Obrero Socialista Español y el Partido Popular, que ostenta actualmente el gobierno. Si antaño estos dos partidos fueron los más votados, ahora perdieron 3 millones de votos y 4 mil 700 concejales respecto a 2011.

El siguiente artículo pretende hacer un estudio para conocer a qué se debe el avance de partidos emergentes como Podemos.

El Partido Popular está en el centro de un tsunami político. Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza, que suman más de seis millones de habitantes y son las ciudades más importantes del país, quedan en manos de plataformas alternativas de izquierda. El resultado más grave para el PP fue perder la alcaldía de la capital, tras 25 años en su poder, y entregarla a la candidata de Ahora Madrid, una formación apoyada por Podemos.

Una situación supone un giro político hacia la izquierda, un desplazamiento del centro de poder político de España hacia la izquierda, en la que estos partidos se ven arrastrados a causa de las políticas de continuismo de Zapatero y de la presión de la izquierda que ha empujado ese eje político.

Además, los sondeos han puesto de relieve que en las elecciones generales del próximo mes de septiembre de España, habrá una notable reducción de la intención de votos con que cuenta el gobernante Partido Popular y el PSOE, a favor de los movimientos emergentes como Podemos.

Hace aproximadamente unos 7 años, el país europeo está inmerso en una crisis económica. Los ciudadanos españoles, que culpaban a los socialistas (PSOE) por la situación, en un acto de castigo votaron en las elecciones de 2011 por el líder del PP, Mariano Rajoy, para presidente del Gobierno. No obstante, aún no habían pasado los primeros cien días de su llegada al poder cuando se desataron las protestas populares que llegaron a convertirse en un acto rutinario.

El pueblo, harto de los recortes en sectores como la educación y la salud, comenzó a tomar las calles de casi todo el país para protestar por las medidas del sistema gobernante.

A esto se debe sumar la creciente tasa de desempleo que se catapultó de un mínimo histórico de 7,95 % de la población activa, durante la primavera de 2007, a un máximo, también histórico, en el primer trimestre de 2013, con un 27,16 % y un paro juvenil del 57,2 %, cifras que aún persisten con una muy ligera modificación. 

Mientras el pueblo sigue sufriendo la crisis económica y el paro, en una situación en la que, diariamente, más de 500 familias con hipotecas se ven despojadas de sus viviendas y condenadas al pago de una deuda infame, siguen saliendo a la luz nuevos informes de la corrupción del Gobierno, como destacaran las palabras del líder del PSOE, Pedro Sánchez, dirigiéndose a Rajoy: “Señor presidente, usted está asediado por la corrupción”.

Todos estos problemas y conflictos a los que están sometidas las dos principales fuerzas políticas del país han dado lugar a que, hoy, partidos emergentes como “Podemos” pueda superar a un PSOE, con más de 100 años de historia, y un PP, con más de 21 años.

Por ese entonces, nada más fundado el partido “Podemos”, empezó de forma paulatina a conseguir seguidores, mientras las dos principales fuerzas políticas veían cómo su credibilidad se iba esfumando, por la mala situación en la que vivía el país. Iglesias declaró una vez: “En España hay tanto miedo que la gente no se atreve a movilizarse, incluso cuando le meten la mano en el bolsillo. En mi país, la gente tiene miedo. A que le echen del trabajo, a que le desahucien, a no poder comprarle útiles escolares a sus hijos, miedo a no poder llevar al abuelo a un centro hospitalario. Decimos que es fundamental perder ese miedo y eso significa que puede haber un cambio social y político en este país, y pretendemos ser un instrumento para ese cambio”.

A esto hay que añadir, en gran medida, el surgimiento de nuevos razones, como la corrupción generalizada en la Administración del Partido Popular, y un PSOE que se había quedado sin iniciativas para dar respuesta a unos indignados ciudadanos que consideran que el cruce de acusaciones entre ambas formaciones políticas no solo no mejora la situación del país, sino que la empeora.

Ante esa situación, el PP y el PSOE deben dedicarse a recuperar millones de votos, además de los concejales perdidos mediante cambios estructurales; algo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajo, tiene previsto realizar.

Mientras tanto, el PSOE ha estado trabajando para acercarse a los partidos de extrema izquierda, y así poder continuar su rumbo político sin abandonar la escena. Algo que fue cuestionado también por Rajoy, quien en la primera sesión del control al Gobierno, después de las elecciones del 24 de mayo, reprochó al PSOE sus alianzas con las fuerzas emergentes de izquierda, al decir: “El responsable es usted, que ha convertido al Partido Socialista en un partido de izquierdas, radical, extremista y alejado de toda centralidad.”

Con todo esto y pese al cruce de acusaciones PP-PSOE, el avance significativo de Podemos, un partido que figura entre los tres más votados, según los sondeos, envía un claro mensaje: "El pueblo quiere un cambio radical en su política nacional".