"Desde el comienzo del conflicto en el este de Ucrania a mediados de 2014, al menos 7962 personas (...) han muerto y 17.800 han resultado heridas", se lee en el nuevo informe del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU.
Desde el comienzo del conflicto en el este de Ucrania a mediados de 2014, al menos 7.962 personas (...) han muerto y 17.800 han resultado heridas", se lee en el nuevo informe del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU.
Por su parte el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, ha advertido de que Ucrania aun está en peligro de una posible agresión militar a gran escala por parte de Rusia y ha acusado a Moscú de conspirar contra Kiev.
“El objetivo de Rusia es asfixiar nuestro Estado económicamente y desestabilizarlo”, ha afirmado Poroshenko, al tiempo que ha recordado la prohibición rusa para importar productos ucranianos y la exigencia de Moscú para que Kiev pague su deuda de 3 mil millones de dólares.
Estas declaraciones del mandatario ucraniano se producen unos días después de que él mismo confirmara que no se han registrado enfrentamientos en la región oriental de Ucrania y que por fin se estaban cumpliendo los puntos del acuerdo de Minsk.
Al mismo tiempo, Poroshenko ha vuento a acusar a Rusia de proveer equipamiento y asistencia militar a los independentistas en el este de Ucrania y a facilitarles información militar y de inteligencia.
Tanto Kiev como Estados Unidos y sus aliados han acusado en múltiples ocasiones a Rusia de apoyar a los independentistas y tratar de desestabilizar Ucrania.
Rusia ha desmentido categóricamente las acusaciones en todo momento, lo que no ha servido para evitar varias rondas de “sanciones” a su supuesto comportamiento agresivo y, en particular por la adhesión —reintegración, según Moscú— de Crimea a la Federación Rusa, tras el referéndum de marzo del año pasado.
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