El Tribunal Constitucional Supremo de Egipto (TSC) ha declarado este sábado que las dos islas Tirán y Sanafir, ubicadas en la entrada del golfo de Aqaba, en el mar Rojo, caen bajo la soberanía saudí, y reitera que la implementación de este acuerdo entre El Cairo y Riad es “válida”, ya que es una acción ratificada por un representante del Estado egipcio.
“La firma del representante del Estado egipcio en el acuerdo de fronteras marítimas entre los Gobiernos de Egipto y Arabia Saudí es indudablemente un acto de soberanía”, ha declarado el TCS de Egipto en un comunicado, citado por la agencia local Egypt Today.
Además, el Supremo egipcio ha suspendido todos los desafíos legales que obstaculizaban dicho acuerdo, bloqueando así dos veredictos opuestos al polémico plan.
La firma del representante del Estado egipcio en el acuerdo de fronteras marítimas entre los Gobiernos de Egipto y Arabia Saudí es indudablemente un acto de soberanía”, sentencia el Tribunal Constitucional Supremo de Egipto.
El 16 de enero de 2017, el Tribunal Supremo Administrativo emitió un informe en el que declaraba que se oponía a ceder el control de las islas a Arabia Saudí.
No obstante, el Tribunal de Asuntos Urgentes de El Cairo dictaminó en abril de 2017 que la decisión judicial de mantener la soberanía egipcia sobre las dos islas era “nula e inválida”. El Parlamento hizo lo mismo y afirmó la soberanía de Arabia Saudí sobre estas islas del mar Rojo.
La decisión del Supremo egipcio se produce un día antes de que el príncipe heredero del régimen de Al Saud visite el país africano, donde tiene previsto reunirse con el presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi.
El Gobierno de Al-Sisi insiste en que estos dos territorios siempre han sido propiedad de Arabia Saudí y Egipto solo las ha protegido a petición del fundador del reino árabe, que entonces carecía de fuerza naval.
La controversia comenzó cuando el rey saudí, Salman bin Abdulaziz Al Saud, y Al-Sisi firmaron en 2016 en El Cairo, capital egipcia, un acuerdo para la devolución de dichas islas al reino saudí, lo que desencadenó una ola de protestas políticas y acciones legales en el país africano.
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