Este lunes fue el primero de los tres días de una presunta huelga general en Irán, convocada por los grupos antiraníes y contrarrevolucionarios que impulsan a los alborotadores. Se ha pedido a la ciudadanía iraní evitar comprar durante tres días, y a los empresarios y comerciantes a realizar una huelga masiva y cerrar sus tiendas.
Mientras tanto, las imágenes publicadas por las agencias locales de noticias muestran tiendas abiertas en las principales ciudades del país como Teherán (la capital), Bandar Abás (sur), Bushehr (sur), Isfahán (centro), Kerman (sureste), Kermanshah (oeste), Joram Abad (oeste), Qazvin (noroeste), Urmía (noroeste) y Zahedan (sureste).
En las grabaciones, se puede ver el movimiento de las personas, como de costumbre, mientras la seguridad domina los mercados del país, y los ciudadanos han acudido a las tiendas para satisfacer sus necesidades.

Si bien la mayoría de los comerciantes han continuado con su trabajo diario normal como los días anteriores y no existe una huelga o el cierre de comercios, los medios occidentales y antiraníes han publicado informes e imágenes falsas que dicen que los comerciantes iraníes han echado el cierre y empezado una huelga en diferentes ciudades del país.

En las últimas semanas, los países occidentales han manifestado su apoyo a los actos de vandalismo y disturbios desatados en Irán, en el marco de un guion fabricado en torno al caso de la joven Mahsa Amini, quien perdió la vida el 16 de septiembre en un hospital tras su detención policial.
Las autoridades iraníes ven las huellas de Estados Unidos, el régimen de Israel y varios Estados europeos en la reciente violencia callejera en el país persa, y advierten de que la seguridad y protección de la vida y la propiedad es su línea roja, por tanto, los trasgresores enfrentarán todas las consecuencias.
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