Los parlamentarios malasios, tras 12 horas de debate sobre las ventajas y desventajas de dicha norma, han dado en la madrugada de este martes su voto positivo a la propuesta del Gobierno.
Según la agencia estatal Bernama, el aumento de la violencia y las amenazas contra la seguridad nacional obligaron a las autoridades a proponer este proyecto para poder frenar las actividades terroristas en este territorio.
Los diputados oponentes sostienen que esta ley puede usarse en su contra, por lo cual, insistieron en modificar algunas partes, sin embargo, sus intentos quedaron frustrados.
Para ellos, la POTA reaviva la Ley de Seguridad Nacional que permite a la Policía detener a sospechosos sin juicio.
Por su parte, las activistas malasios también se consideran entre los principales críticos ya que a su criterio contradice hasta cierto punto los derechos humanos.
“Fundamentalmente pone en tela de juicio el compromiso del Gobierno con los derechos básicos y fundamentales para el estado de derechos en una democracia”, ha juzgado así en un comunicado el subdirector del Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) para Asia, Phil Robertson.
Dicha aprobación ocurre dos días después de la detención de 17 personas sospechosas de preparar ataques terroristas en la capital malasia, Kuala Lumpur. Según el director de la Policía Nacional, Jalid Abu Bakar, dos de ellas habían regresado recientemente de Siria.
En esta línea, el ministro malasio del Interior, Ahmad Zahid Hamidi, durante su discurso pronunciado en el Parlamento aseveró que los detenidos tenían planeado atacar los centros policiales y los campamentos del Ejército en las zonas donde han sido capturados.

De este modo, apostilló que el objetivo de esta operación era obtener armamentos para poder estar bien equipados. Considerándolo como una “amenaza real” para el país exigió tomar lo antes posible las medidas preventivas.
Hamidi calificó la aprobación de la Ley de Prevención del Terrorismo de un intento del Gobierno para salvar Malasia de las amenazas de los terroristas, entre ellos, la banda takfirí EIIL (Daesh, en árabe)
Anteriormente, las autoridades malasias propusieron el proyecto de una ley antiterrorista que permitiría utilizar las informaciones de las redes sociales como pruebas ante los tribunales a fin de contrarrestar el ingreso de los ciudadanos a las filas de grupos armados.
Según las estadísticas oficiales del Gobierno de Malasia, desde diciembre de 2011, 167 malasios han participado en acciones del grupo terrorista EIIL en Siria e Irak, y varios de ellos perdieron la vida en bombardeos del Ejército sirio.
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