"Trabajamos muy bien juntos", explicó Valcke, en una conferencia celebrada en San Petersburgo (ciudad rusa) tras una reunión del comité de organización. "El conjunto de las obras avanza de manera satisfactoria, no solo para la Copa del Mundo de 2018, sino para la Copa Confederaciones de 2017, que también es una competición muy importante", añadió el dirigente.
"La próxima etapa crucial es el sorteo (de los grupos de clasificación)" recordó el número 2 de la FIFA, "un evento extraordinario con 1500 participantes" que se celebrará en San Petersburgo el próximo mes de julio.
"Será una Copa del Mundo soberbia, puesto que trabajamos para ello", declaró por su parte el ministro de Deportes ruso, Vitaly Mutko.
"Ya tenemos la experiencia de los Juegos Olímpicos de Sochi (en 2014) y eso nos ayudará", añadió el político, precisando que el presupuesto inicial se respetará.
La atribución de los Mundiales de 2018 y 2022, a Rusia y Catar respectivamente, fue objeto de una investigación y un polémica informe realizado por el exfiscal federal norteamericano Michael J. Garcia, que la FIFA prometió a mediados de diciembre publicar "de forma adecuada", pero que aún no vio la luz.
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