El portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., John Kirby, declaró el lunes que su país no considera al Partido Unión Democrática (PYD, en kurdo) una organización terrorista, y aseguró que los combatientes del PYD son un socio importante en la lucha antiterrorista.
¡EE.UU! ¿Hay alguna diferencia entre el PYD y el PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán)? Os hemos dicho que es una organización terrorista (…) Os lo he dicho muchas veces. ¿Estáis con nosotros o con las organizaciones terroristas?”, dice el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Estas declaraciones han chocado este miércoles con una contundente crítica de Turquía, uno de los aliados de EE.UU. en Oriente Medio, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha cargado contra la postura de Washington hacia los que Ankara considera “terroristas”.
“¡EE.UU! ¿Hay alguna diferencia entre el PYD y el PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán)? Os hemos dicho que es una organización terrorista (…) Os lo he dicho muchas veces. ¿Estáis con nosotros o con las organizaciones terroristas?”, ha exclamado el mandatario turco.
En un discurso pronunciado en Ankara (capital), Erdogan ha hecho un paralelismo entre las actividades del PYD y el PKK ―clasificado como terrorista por Turquía y EE.UU.―, y ha asegurado que nadie, ni siquiera Washington, puede obligar a Ankara a quitarlos de la lista de “los que actúan en contra del Gobierno” turco. “Los (PYD y PKK) conocemos muy bien, tanto como conocemos a Daesh (acrónimo árabe de la banda takfrí EIIL”, ha apostillado.
Tanto Rusia como EE.UU. dan apoyo aéreo desde hace meses a las milicianos kurdos, en un intento por secundarlos en su lucha contra los integrantes de Daesh en Siria, país sumergido desde hace casi cinco años en una crisis.
No obstante, la cooperación entre Washington y los combatientes kurdos ha producido tensiones diplomáticas con Turquía. El martes, la Cancillería turca convocó al embajador estadounidense a causa de la actitud prokurda de Washington y las últimas afirmaciones de Kirby.

La duradera disputa de Ankara con la población kurda, que abarca una región dividida en varias zonas de algunos países —entre ellos Siria, Irak e incluso la propia Turquía—, ha llevado al Gobierno de Erdogan a lanzar ataques contra las posiciones kurdas en los mencionados países vecinos; acciones recurrentemente denunciadas por Damasco y Bagdad.
Ahora bien, y a medida que las especulaciones sobre una posible intervención terrestre de fuerzas extranjeras en Siria en nombre de la lucha antiterrorista ganan fuerza cada día, se supone que Turquía, firme opositor del Gobierno sirio, sería uno de los pioneros en enviar fuerzas terrestres al territorio sirio con miras a abatir tanto a la población kurda como la gestión del presidente sirio, Bashar al-Asad.
“Vamos a devolver nuestra deuda histórica. En un momento (la Primera Guerra Mundial), nuestros hermanos de Alepo (provincia noroccidental siria) defendieron nuestras ciudades (ante los avances de las fuerzas aliadas); ahora nos toca a nosotros defender la heroica Alepo. Toda Turquía puede ser defensora de esa provincia”, dijo el martes el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.
Las declaraciones del premier turco salieron a la luz en momentos que las fuerzas sirias están marcando grandes avances en varias regiones del país, y en especial en la estratégica provincia de Alepo.
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