En declaraciones con un grupo de periodistas en París, capital francesa, el comandante norteamericano, cuyo país ha aumentado, según informes, vuelos de reconocimiento en Libia, consideró como un "imperativo inmediato" la adopción de medidas necesarias contra el grupo takfirí en el país norteafricano.
Al expresar su preocupación por la extensión de Daesh en Libia, el alto comandante estadounidense puso de relieve que es la tarea de la cúpula militar estadounidense presentar al presidente Barack Obama y al Departamento de Defensa fórmulas para "avanzar" en la lucha contra el extremismo en territorio libio.
Dunford no ha querido detallar las posibles medidas de Washington contra el grupo takfirí en el territorio libio, que a su juicio, es una "plataforma" de violencia para toda la región.
Las declaraciones del funcionario militar de alto rango norteamericano se pronuncian mientras el diario estadounidense New York Times publicó en la misma jornada del viernes que los equipos de las operaciones especiales de Estados Unidos y el Reino Unido llevan a cabo desde hace meses misiones de reconocimiento clandestinos en Libia.

El pasado mes de diciembre varios expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirmaron en un reporte que Daesh tiene entre 2000 y 3000 combatientes en Libia y busca controlar más territorio en el país del norte de África.
Tras la intervención occidental en Libia en 2011 y el posterior vacío de poder creado con la caída del exdictador Muamar Gadafi, esta nación árabe se ha visto presa de la anarquía.
La total anarquía ha propiciado el terreno para la operación de bandas terroristas. Hoy día, el grupo takfirí EIIL, que opera generalmente en Irak y Siria, está convirtiendo a Libia en otro centro de sus acciones terroristas.
Respecto a las víctimas, si incluimos los enfrentamientos para derrocar a Gadafi, se puede hablar de unos 30.000 muertos y 50.000 heridos.
EE.UU. y sus aliados occidentales hablan de una posible intervención en Libia con el pretexto de luchar contra Daesh, mientras sus operaciones contra este grupo takfirí en Irak y Siria en el marco de la llamada coalición anti-EIIL, liderada por Washington, no ha tenido eficacia e incluso ha acabado con la vida de civiles en estos dos países.
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