Los participantes en la protesta, celebrada en Abuya, la capital nigeriana, expresaron su preocupación por “el silencio” que mantienen la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la mayoría de los países occidentales ante la detención “ilegal” y “duradera” del líder del Movimiento Islámico de Nigeria (IMN, por sus siglas en inglés) y su esposa, Zeenah.
Los simpatizantes del IMN, según recogió PressTV, consideraron una “hipocresía” el silencio que se mantiene ante “las atrocidades” y “el genocidio” que se cometen en su contra, aunque “no van a durar para siempre”, aseguraron.
Los manifestantes también aprovecharon la ocasión para condenar la masacre protagonizada por las fuerzas nigerianas en diciembre de 2015, en la ciudad de Zaria (noroeste), suceso al que le siguió la detención de Al-Zakzaky y su mujer, a los que se les niega recibir atención médica o cualquier tipo de medicamento, indicó un manifestante al medio iraní.
Los seguidores de Al-Zakzaky, que han prometido seguir con las protestas hasta la liberación del líder musulmán y su esposa, pidieron al Gobierno nigeriano que acate la orden dada en diciembre de 2016 por el Tribunal Superior Federal de Abuya de ponerlos en libertad.
El IMN ha condenado en varias ocasiones los ataques y políticas antislámicas del Ejecutivo nigeriano. En los últimos meses, las autoridades nigerianas han aplicado políticas violentas contra los musulmanes, que constituyen el 69 % de la población de este país africano.
El arresto de Al-Zakzaky desató muchas manifestaciones en Nigeria, las cuales fueron reprimidas brutalmente. Amnistía Internacional (AI) denunció que el Ejército nigeriano comete violaciones “impactantes” de los derechos humanos mediante el uso excesivo de la fuerza.
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