“Ortega grita, gime cuando lo golpean, y después se ríe cuando puede evadir el impacto de las sanciones”, declaró el jueves el exdiputado nicaragüense Enrique Sáez durante el foro “Las sanciones internacionales como medio parar provocar cambios en regímenes autoritarios, ¿cómo hacer está práctica más efectiva en el contexto de Nicaragua?”, convocado por la organización Expediente Abierto en San José, capital costarricense.
Sáez destacó que las sanciones estadounidenses y europeas carecen de una “estrategia” y solo siguen “la ruta del dinero”.“¿Cuál ha sido el problema?, que acciones aisladas, tienen impactos aislados. Es evidente que estas sanciones no han tenido una estrategia por detrás, no han seguido la ruta del dinero”, ha dicho.
El exdiputado ha opinado que si no ponen las sanciones en marco de una estrategia, “Ortega siempre va a reír después”.
Desde 2018, Occidente ha establecido sanciones financieras contra el Gobierno de Nicaragua, tras el encarcelamiento de los implicados en un golpe de Estado fallido en la nación centroamericana, operación que fue financiada por EE.UU. y Europa.
Durante estos años, ciertos países occidentales, bajo el pretexto de derechos humanos, han impuesto medidas coercitivas contra Daniel Ortega, su esposa y la vicepresidenta, Rosario Murillo, así como al sector industrial del país.
En su intervención el martes en una reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York (Estados Unidos), el canciller de Nicaragua, Denis Moncada, tachó de “ilegales” las sanciones impuestas por Washington contra su país, pero destacó que estas políticas “no definen, ni amedrentan, ni discapacitan, ni doblegan” a Managua.
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