Las protestas tuvieron lugar el viernes y el sábado con el objetivo de mandar el mensaje de que se ponga “fin a las expulsiones e inhumanas redadas” de la Administración estadounidense, que este domingo tiene previsto iniciar las batidas en nueve ciudades, así como las deportaciones de al menos 2000 extranjeros sin papeles; entre estos migrantes hay algunas personas que llevan viviendo años en EE.UU.
Las concentraciones se realizaron tanto frente a la embajada de EE.UU. en la ciudad de México como en la zona fronteriza entre las dos naciones, y en ellas participaron defensores de los derechos humanos de las personas migrantes.
“No, a las deportaciones”, “Ningún migrante es ilegal” y “No, a la cacería”, fueron algunas de las consignas pronunciadas por los manifestantes.
En un comunicado, los indignados expresaron que el Gobierno mexicano “no debe fungir como la Patrulla Fronteriza de la Casa Blanca”. “Simplemente creo que lo que nuestro gobierno está haciendo está mal, lo que le están haciendo a los niños está mal, dividir a las familias está mal, creo que es inmoral, y creo que más estadounidenses se sienten así”, dijo un manifestantes de la protesta del viernes.
“México debe responder con dignidad… Sí tiene con qué defenderse… no somos criminales ni violadores, tampoco somos gente que le estemos robando el trabajo a nadie. Somos personas honestas, honradas que vamos a trabajar”, declaró Natasha Uren, integrante de la Coalición de Migrantes Mexicanos.
México debe responder con dignidad… Sí tiene con qué defenderse… no somos criminales ni violadores, tampoco somos gente que le estemos robando el trabajo a nadie. Somos personas honestas, honradas que vamos a trabajar”, declaró Natasha Uren, un integrante de la Coalición de Migrantes Mexicanos.
Trump anunció que las deportaciones se realizarán en las localidades de Nueva York, Miami, Houston, Los Ángeles, San Francisco, Chicago, Atlanta, Baltimore y Denver. Los mexicanos consideran que esta medida es una maniobra electoral para complacer a los sectores más recalcitrantes y conservadores de entre los votantes.
Por su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha indicado en las últimas horas que, si los mexicanos residentes en territorio de EE.UU. se ven afectados por la medida, su Gobierno ya tiene una respuesta preparada para proteger a sus ciudadanos radicados al otro lado de la frontera.
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Asimismo, en el mismo EE.UU. miles de personas salieron a las calles para expresar su apoyo a los migrantes, pedir el fin de las crueles deportaciones y exigir el cierre de los centros de detención.
“¡Libérenlos ahora!”, fue una de las consignas que se repitió en las marchas celebradas junto a la frontera de EE.UU. con México para pedirle a Trump que cierre sus criticados centros de detención fronterizos.
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Cabe señalar que durante el mes de julio se ha incrementado considerablemente el número de personas que son repatriadas de EE.UU., y ahora esta cifra puede aumentar debido a las nuevas medidas y políticas migratorias del presidente estadounidense.
La negativa de EE.UU. a recibir migrantes se ha vuelto más firme desde la campaña electoral del actual presidente del país norteamericano en 2015, cuando en unos de sus mítines Trump prometió construir “un muro” en la frontera con México, de unos 3200 kilómetros, para evitar la entrada de personas sin papeles en regla.
Desde entonces, el inquilino de la Casa Blanca ha dispuesto diversas medidas antimigrantes, como militarizar la frontera con México, detener a miles de indocumentados y separar a los padres de sus hijos que habían logrado entrar en suelo estadounidense.
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