Las fuerzas iraquíes han dado comienzo este domingo a la segunda fase de la operación antiterrorista, denominada “Voluntad Sólida”, con el fin de erradicar a los miembros restantes de Daesh de las provincias de Al-Anbar (oeste), Nínive (noroeste), Salah al-Din (centro), Diyala (este) y Kirkuk (norte).
En el acto han participado las fuerzas del Ejército iraquí, los guardias fronterizos, las fuerzas de reacción rápida y las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe). Es más, la Fuerza Aérea del país árabe ha realizado operaciones especiales con helicópteros y ha preparado emboscadas en las profundidades de los desiertos de la provincia de Al-Anbar.
Conforme a las fuentes de seguridad iraquíes, la operación se ha llevado a cabo con el apoyo aéreo de los combatientes del Ejército y usando información precisa proporcionada por el servicio de inteligencia del país árabe.
La primera fase de la operación, que también buscaba perseguir a los remanentes de Daesh, se llevó a cabo desde el 28 hasta el 30 de pasado marzo. Esa primera fase resultó en la destrucción de varias estructuras terroristas, además de hallar numerosos vehículos cargados de explosivos, pertenecidos a los extremistas.
A pesar de que Bagdad declaró en diciembre de 2017 la victoria sobre Daesh, esta agrupación terrorista se ha ido organizando en células durmientes que han puesto en peligro la seguridad del territorio iraquí, con atentados y ataques selectivos.
Ante tal situación, el Ejército y las fuerzas populares de Irak han llevado a cabo, durante los últimos meses, operaciones antiterroristas a gran escala en diferentes partes del país.
En el marco de estas medidas, el Gobierno iraquí informó a finales de marzo que está levantando un muro de hormigón en su frontera con Siria para frenar la infiltración de terroristas de Daesh en su territorio. El primer segmento de la valla, de unos 10 kilómetros de largo y 3,5 metros de altura, ha sido erigido en el distrito de Sinyar, en la provincia de Nínive.
sar/ctl/fmk