“Yo voy a ser el representante del pueblo iraquí dentro de la Zona Verde”, dijo el domingo Al-Sadr en su discurso pronunciado ante miles de seguidores que desde hace más de una semana acampan a las puertas de la Zona Verde, área que alberga edificios gubernamentales y delegaciones diplomáticas.
El clérigo chií insistió en seguir con las protestas hasta introducir cambios en el Gobierno, pero pidió a los concentrados que mantuvieran la calma y colaboraran con las fuerzas de seguridad.
Al-Sadr demanda al Gobierno del primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, que ignore las presiones políticas e intente aplicar su plan de reformas.
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