• El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández.
  • Vivienda donde fueron capturados hondureños y mexicanos vinculados con el plan magnicida contra presidente de Honduras.
Publicada: martes, 21 de abril de 2015 22:35
Actualizada: miércoles, 22 de abril de 2015 2:26

Organismos de seguridad hondureños fraguaron el año pasado un plan para asesinar al presidente Juan Orlando Hernández, según develaron el martes autoridades del país centroamericano.

Organismos de seguridad hondureños fraguaron el año pasado un plan para asesinar al presidente Juan Orlando Hernández.

El ministro de Seguridad hondureño, Julián Pacheco, reveló que las fuerzas de inteligencia bajo su mando (en aquel entonces era jefe de Inteligencia) abortaron en septiembre de 2014 el susodicho plan de magnicidio, en el que estaban involucrados tres hondureños, dos mexicanos y un colombiano.

Presidente hondureño rodeado de funcionarios de seguridad de su país.

“El hombre, el enemigo a atacar es el presidente de la República, porque él es la cabeza visible de toda la estrategia y quien les está atacando y está haciendo daño” a las bandas de narcotraficantes.

 

Pacheco detalló que Hernández enfrenta amenazas contra su vida desde que era presidente del Parlamento (2010-2014) y promovió leyes draconianas contra los cárteles de la droga y el crimen organizado.

Dicha normativa —apunta el funcionario hondureño— devino rápidamente en la creación de una fuerza fronteriza contra el crimen organizado, la desarticulación de bandas de narcotraficantes, la confiscación de bienes obtenidos al margen de la ley, e incluso la extradición a Estados Unidos de al menos diez personas acusadas de introducir drogas en ese país, el mayor consumidor de narcóticos ilegales del mundo.  

Por eso, “el hombre, el enemigo a atacar es el presidente de la República, porque él es la cabeza visible de toda la estrategia y quien les está atacando y está haciendo daño” a las bandas de narcotraficantes, concluyó el ministro.

El Gobierno hondureño, de trasfondo la lucha contra el narcotráfico, estudia la posibilidad de aceptar el despliegue de una unidad militar estadounidense en su territorio.

Por su parte, el ministro hondureño de Asuntos Exteriores, Arturo Corrales, entonces titular de la cartera de Seguridad, aseguró que Washington informó a Tegucigalpa del complot para eliminar al gobernante.

“Se sabe los montos que se estaban pagando, se sabe las personas que vinieron a Honduras de origen mexicano, se sabe dónde estuvieron operando, hay llamadas telefónicas, hay confesiones en las llamadas telefónicas”, precisó Corrales.

Vivienda donde capturaron a personas vinculadas con el abortado magnicidio del presidente Hernández.

“El presidente ahí tomo una decisión, para mí estratégica, pero además valiente; obviamente, podían existir dos acciones, la de introducir miedo para que se detuvieran las cosas, pero también meter distracción de lo que se estaba haciendo”.

 

El servicio de inteligencia del país —corroboró el canciller hondureño— desarticuló el plan y, además de la detención de los implicados, incautó “armas que confirmaban la forma en que iba a ser asesinado el presidente”.

Corrales señaló que no se informó del conato de atentado por solicitud expresa del gobernante que, de hecho, tampoco quiso interponer la respectiva denuncia, pues urgía más dar con todos los involucrados y capturarlos que utilizar recursos en otras áreas.

“El presidente ahí tomo una decisión, para mí estratégica, pero además valiente; obviamente, podían existir dos acciones, la de introducir miedo para que se detuvieran las cosas, pero también meter distracción de lo que se estaba haciendo”, consideró el jefe de la Diplomacia hondureño.

“Ni nos van a distraer a nosotros como Gobierno, ni van a distraer al país con esta información, ni vamos a distraer nuestros trabajos de seguridad, tenemos que seguirlos cumpliendo”, dijo Corrales, citando la respuesta del dignatario ante la sugerencia de que informara del plan urdido contra su persona.

Corrales, subrayando que la política de Hernández ha limitado el movimiento de las bandas de narcotraficantes, comentó que de las 460 avionetas cargadas de droga procedentes de América del Sur que habían aterrizado en suelo estadounidense en años precedentes se había pasado en 2014 a solo 14. 

“Ni nos van a distraer a nosotros como Gobierno, ni van a distraer al país con esta información, ni vamos a distraer nuestros trabajos de seguridad, tenemos que seguirlos cumpliendo”.

Diputado del Partido Nacional de Honduras Celin Discua.

 

Al respecto, el diputado del Partido Nacional de Honduras Celin Discua advirtió de que aun se ciernen constantes amenazas contra la vida de Hernández y que su objetivo es sembrar el temor en el gobernante para que desista de su lucha contra el narcotráfico y la inseguridad.

“El presidente pasa permanentemente amenazado, tanto por gente del crimen organizado, gente que protege el crimen organizado o los que patrocinan el crimen organizado”, aseveró Discua.

“Por eso debemos ser conscientes de que ningún presidente nacionalista o liberal había hecho la obra que está haciendo Juan Orlando Hernández y hay que decirlo: Honduras está cambiando, aunque la gente no quiera reconocerlo”, añade.

El portavoz de Seguridad, Leonel Sauceda.

 

El portavoz de Seguridad, Leonel Sauceda, también corroboró el complot contra la vida de Hernández y especificó que el atentado se planeó para el 20 y el 21 de septiembre del año pasado, en la inauguración del aeródromo en Gracias, Lempira, de donde Hernández es originario.

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