El pmandatario francés, Emmanuel Macron, ha anunciado este lunes que está trabajando con Alemania y otros países europeos para dar una respuesta “robusta, coordinada y unida” contra los flujos migratorios irregulares “importantes” que va a provocar la crisis de Afganistán.
“Europa no puede asumir sola las consecuencias de la situación actual”, ha manifestado Macron para luego advertir que hay que “anticiparse” para proteger al bloque comunitario ante el éxodo masivo de afganos.
Francia presentará una iniciativa que pasará por “la lucha contra los flujos irregulares, la solidaridad en el esfuerzo, la armonización de criterios de protección y la instauración de una cooperación con los países de tránsito y acogida” como Paquistán, Turquía o Irán, ha explicado.
El mandatario galo ha dicho también que envió dos aviones militares y un contingente de las “fuerzas especiales” para ayudar a la evacuación de su personal de Kabul, capital afgana.
Líderes occidentales asumen sus errores por la crisis afgana
Macron ha subrayado que la intervención militar de Francia y otros países en Afganistán, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra EE.UU., tenía como fin la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, ha reconocido que “el destino de Afganistán debe estar entre las manos del pueblo afgano”. Lo que refleja la oposición de París a una nueva intervención militar en un país en que las tropas francesas estuvieron presentes entre 2001 y 2014.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, reconoció su error al gestionar la situación en Afganistán: “Todos, y por eso también asumo mi responsabilidad, evaluamos erróneamente la situación”, ha afirmado.
Merkel ha indicado que los sucesos en Afganistán demuestran que la intervención internacional, más allá de las operaciones antiterroristas, ha sido “un esfuerzo sin éxito” en alusión a la intervención de Estados Unidos y sus aliados durante casi 20 años en Afganistán.
El grupo armado Talibán, que gobernó en Afganistán desde 1996 hasta 2001, intensificó sus ataques desde mayo, precisamente, en momentos en que las tropas de EE.UU. y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se estaban preparando para concluir el 31 de agosto su retirada de Afganistán.
Algunos observadores creen que el regreso de Talibán al poder es, en realidad, la obra de Estados Unidos en Afganistán, y ahora el grupo armado es más fuerte que nunca.
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