La Asamblea Nacional francesa inició el debate parlamentario sobre la reforma ferroviaria presentada por el Gobierno y que es denunciada por todos los sindicatos de trabajadores como la primera etapa de la privatización de los trenes franceses y la aniquilación del servicio público.
Bajo las ventanas de los diputados han venido a gritar su oposición. Junto a los trabajadores del ferrocarril también se encuentran trabajadores del sector educativo, hospitalario, o de la energía que secundan el movimiento cuando se alcanza el cuarto día de huelga que ha paralizado el 80 % de los trenes de alta velocidad y el 77 % de los regionales. Los manifestantes denuncian que el Gobierno intenta enfrentar a usuarios y ferroviarios.
El movimiento de protesta empieza a preocupar seriamente al Gobierno. El primer ministro de Francia, Édouard Philippe, ha tenido que volver a ocupar medios de comunicación para defender su reforma y hasta el presidente Emmanuel Macron se dirigirá en los próximos días a los franceses y eso cuando desde su propia mayoría hay diputados que empiezan a preguntarse sobre la necesidad de mantener el pulso con los trabajadores. Quienes seguro que votarán contra la reforma son los diputados de la Francia Insumisa.
¿Qué hacer con la deuda de 46 000 millones de la compañía ferroviaria?, ¿cómo evitar la privatización de las líneas francesas?, ¿cómo proteger los derechos de los trabajadores y el servicio público? Estas son algunas de las muchas preguntas que los ferroviarios han hecho al Gobierno, el cual no ha sabido o no ha querido contestar.
Juan José Dorado, París.
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