Pese al reciente acuerdo de alto el fuego en Gaza y al intercambio de prisioneros entre Israel y HAMAS, unos 10 000 manifestantes se congregaron en el noreste del país, donde el estadio Bluenergy fue fuertemente resguardado con estrictas medidas de seguridad, que incluyeron barreras de hormigón y detectores de metales.
Aunque la concentración propalestina transcurrió en su mayoría de manera pacífica, se registraron enfrentamientos al final entre algunos manifestantes y agentes de la policía, quienes recurrieron a cañones de agua para dispersar a grupos que intentaban salir de la zona delimitada y acercarse al estadio donde se disputaba el partido clasificatorio para el Mundial de 2026.






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