El 13 de junio, Israel lanzó una flagrante agresión no provocada contra Irán que duró 12 días, atacando instalaciones militares, nucleares y civiles en Teherán y otras ciudades, lo que dejó 1100 muertos. Más de una semana después, Estados Unidos se sumó al conflicto, bombardeando tres instalaciones nucleares iraníes, en un supuesto intento de impedir el desarrollo del programa nuclear pacífico iraní.
En respuesta, las Fuerzas Armadas iraníes atacaron sitios estratégicos en los territorios ocupados en el marco de la operación sin precedentes ‘Verdadera Promesa III’, así como la base aérea de Al-Udeid en Catar, la mayor base militar estadounidense en Asia Occidental.





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