El Cablebús, compuesto por 377 cabinas azules con capacidad cada una para diez personas, es una imagen nunca antes vista en el paisaje urbano de la capital de México.
Las autoridades mexicanas han prometido ahorrar horas a miles de pasajeros que deben trasladarse desde un barrio alto en el extremo norte de la capital hacia zonas más céntricas.
El teleférico tuvo otro logro inesperado: estar en cómodos asientos en lugar de estar abarrotados, con aire acondicionado y Wi-Fi gratis, de modo que, en el día de la inauguración, se pudo ver a algunos pasajeros saludándose con alegría y charlando cordialmente.






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