Francia ha sido escenario de una jornada de huelga nacional, convocada por los sindicatos y a la que asistieron trabajadores de varios sectores, entre ellos del transporte público, sanidad y educación.
Los huelguistas piden al Ejecutivo medidas frente a los problemas severos del país. La Policía los reprimió con botes de gas lacrimógeno y porras.
Las organizaciones sindicales consideran que el derecho de huelga de los trabajadores está amenazado en Francia. El Gobierno forzó hace unos días a varios huelguistas a volver a trabajar para tratar de paliar la escasez de combustible que sufre el país.
Por otro lado, en la ciudad de Marsella, donde unas 2200 personas participaron en las protestas, los sindicatos de docentes de secundaria vocacional exigieron la retirada del proyecto de reforma educativa del Gobierno para 2023. Aseveraron que el plan hará que los jóvenes enfrenten mucha inseguridad en sectores laborales.
Se trata de la segunda huelga intersectorial en menos de un mes en Francia, después de la del 29 de septiembre. Aunque el jefe de Estado, Emmanuel Macron, había declarado la semana pasada que esperaba mejoras para esta semana, no ha ocurrido nada por el momento. La movilización llega además precedida por las huelgas en las refinerías, que han provocado problemas en el almacenamiento de las gasolineras.
shp/mrg