España está “absolutamente volcada” en Irak, cuya misión en los próximos meses experimentará una adaptación. “Estaremos allí como los primeros y es posible que asumiendo importantes cometidos”, ha declarado este lunes Miguel Ángel Villarroya en un acto oficial.
El general español ha explicado que los objetivos de las Fuerzas Armadas en Irak están “prácticamente realizados” porque el entrenamiento de grandes unidades del Ejército del país árabe ya “no es necesario”.
Ante tal panorama, ha dicho que hay un “ajuste temporal de efectivos”. Ha señalado también que como consecuencia de esta falta de necesidad de formación, la base española asentada en Besmaya, sur de Bagdad (capital iraquí), “deja de tener relevancia e importancia”, y ya se está acometiendo el retorno de esa base a las fuerzas iraquíes.
El Gobierno iraquí ordenó en enero suspender los entrenamientos militares ofrecidos por efectivos españoles a militares iraquíes en la base de Besmayah después del asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, en Bagdad, ejecutado por orden directa del presidente de EE.UU. Donald Trump.
Un informe publicado el domingo por el diario local El País afirmó que tras más de una década volcada en los lejanos conflictos de Afganistán o Irak, España gira ahora su atención hacia una zona vecina, al redoblar su esfuerzo militar en el Sahel para ganar influencia.
Madrid ha ofrecido a la Unión Europea (UE) un refuerzo sin precedentes, es decir un despliegue militar en la misión comunitaria EUTM Malí, con la aportación de unos 300 soldados más (lo que supone duplicar con creces el contingente actual), dos helicópteros y un avión de transporte.
Las Fuerzas Armadas españolas están presentes en la actualidad en 15 misiones en el exterior, con más de 2325 efectivos desplegados por todo el mundo. Los contingentes más numerosos se encuentran en El Líbano y en Irak.
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