“Como parte de la evacuación realizada por la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), 10 de los 13 militares destacados en la misión de la OTAN en Bagdad (capital iraquí) se han replegado a Kuwait”, ha declarado el Ministerio español de Defensa a través de un comunicado emitido este miércoles.
Al mismo tiempo, la vicepresidenta del Gobierno español, Carmen Calvo, ha declarado que solo los militares que se encontraban en una situación de mayor riesgo o que estaban cerca de las bases atacadas por la ofensiva en represalia de Irán han salido de allí. “No hay españoles desplegados en las bases atacadas”, ha agregado.
Esta medida del Gobierno español se produce después de que Irán, que había jurado vengar el asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, lanzara la madrugada de este miércoles una ofensiva, con misiles tierra-tierra, contra dos bases militares de EE.UU. en Irak: la base aérea Ain Al-Asad, ubicada en la provincia occidental de Al-Anbar, y una base en Erbil, capital del Kurdistán iraquí.
Al respecto, Calvo ha expresado su preocupación por la escalada de tensiones en la región y ha llamado a la calma a las partes.
También ha indicado que España siempre trabaja “bajo el paraguas de la Unión Europea (UE)” y de la OTAN. “Nosotros somos una parte modesta, pero una parte importante porque España tiene tropas en zona de conflicto”, ha añadido.
El asesinato de Soleimani en un ataque de EE.UU. en Bagdad generó un consenso contra Washington, tanto en Irán como en varias partes del mundo. Las autoridades persas tildaron la ofensiva de un “acto de terrorismo internacional”.
Asimismo, en cuanto a las actividades de la OTAN en el oeste de Asia, el portavoz de la Cancillería iraní, Seyed Abás Musavi, ha enfatizado esta misma jornada que la República Islámica de Irán cree que la seguridad volverá a la región una vez que las actividades de las “fuerzas terroristas y agresoras”, algunas de las cuales operan bajo los auspicios de la Alianza Atlántica, cesen y se deje en manos de los gobiernos regionales el establecimiento de la calma.
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