La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) publicó el miércoles un informe en el que alega que las reservas de uranio enriquecido de Irán hasta un 60 % de pureza han crecido muy por encima de la cantidad suficiente para una bomba nuclear.
En este sentido, el embajador y representante permanente de Irán ante organismos internacionales que tienen sede en Viena (Austria), Mohsen Naziri, criticó el jueves el referido reporte y dejó claro que el enfoque de Teherán hacia la AIEA se fundamenta en la cooperación y la interacción mutuas.
Tras denunciar las presiones políticas de terceros sobre el ente internacional, Naziri hizo alusión al régimen de Israel y afirmó que los que critican el programa nuclear de Irán son los mismos que albergan decenas de ojivas atómicas sin someterse a ninguno de los mecanismos de salvaguardia de la AIEA.
“Los miembros de la Agencia deben evitar seriamente ejercer presión sobre la organización y tratar de usarla para sus objetivos políticos”, dijo al respecto.
En este contexto, el también representante de la República Islámica ante la AIEA, pidió al ente “cumplir con su deber inherente” con respecto al programa nuclear de Irán y preservar su independencia, neutralidad y profesionalismo.
También, cuestionó la demanda de la AIEA a Irán de continuar implementando el Protocolo Adicional a los Acuerdos de Salvaguardias, que otorga a la Agencia el poder de realizar inspecciones con poca antelación en lugares no declarados.
Por su parte, el portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Behruz Kamalvandi, criticó el jueves el informe de la AIEA, considerándolo un reporte políticamente motivado que no contiene nada nuevo, excepto “un juego de palabras que sirve a ciertos objetivos”.
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