El martes, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) acusó a Irán de sobrepasar el límite de producción de uranio enriquecido estipulado en el acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Teherán y el Grupo 5+1 (entonces integrado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) y de no otorgar acceso a los inspectores internacionales a ciertas instalaciones.
En reacción, el portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Behruz Kamalvandi, ha insistido este miércoles en la necesidad de que cualquier petición de información y el acceso a inspectores internacionales deben tener fundamentos legales.
“Parte de estas informaciones, fabricadas por el régimen sionista, ha sido proporcionada a la AIEA”, ha denunciado Kamalvandi, mientras ha criticado las presiones que ejerce Israel al organismo internacional para que acepte la viabilidad de sus documentos fabricados.
El funcionario persa subraya que ningún país, incluida la República Islámica, no tiene obligación de dar informaciones o permitir acceso de inspectores internacionales a sus instalaciones, basándose en informaciones que carecen de cualquier fundamento legal o documentos fabricados por servicios de inteligencia, como del régimen israelí.
Kamalvandi también ha recordado el respeto de Irán a sus obligaciones en virtud del pacto nuclear, tal y como ha confirmado ya la propia agencia atómica de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en diversas ocasiones.
Todas las actividades referentes a la energía nuclear de Irán son pacíficas y el país persa no tiene nada que esconder, ha agregado. No obstante, ha insistido, Teherán no proporcionará información alguna sobre temas que carecen de fundamento.
Por su parte, el director del Departamento de No Proliferación y Control de Armas del Ministerio de Exteriores de Rusia, Vladímir Ermakov, ha aclarado este mismo miércoles que Irán nunca ha violado sus obligaciones.
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