De acuerdo con una publicación del domingo en el periódico británico The Sun, citando fuentes militares, el soldado se ausentó sin permiso hace unas dos semanas para unirse a la llamada Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania, creada por el presidente Volodímir Zelenki, para reunir a combatientes extranjeros que desean enfrentarse a las tropas rusas.
El uniformado, que formaba parte de la Guardia de Coldstream (COLDM GDS, por sus siglas en inglés), que protege las residencias oficiales de la reina Isabel II, dijo que tomó la decisión de ir a Ucrania, porque estaba “aburrido” con el papel ceremonial de su regimiento y quería ver algo de acción real, ya que su gira prometida a Afganistán no se había llevado a cabo, aparentemente debido a la precipitada retirada de las fuerzas de la coalición occidental de ese país el año pasado.
Sin embargo, el efectivo regresó a Londres, después de que sus superiores y compañeros combatientes británicos lograran persuadirlo de que cuanto más tiempo se ausentara sin permiso, enfrentaría peores repercusiones, informó el periódico.
En informes anteriores, The Sun publicó que el joven de 19 años se había unido a los veteranos que cruzaron desde Polonia e incluso llevaba su equipo de camuflaje del Ejército. Citando a amigos, el medio indicó que al soldado le dieron un rifle AK-47, un chaleco antibalas y un casco después de entregar su pasaporte y firmar un contrato. Se cree que fue enviado desde Lviv al este de Ucrania.
Esto mientras el Ministerio británico de Defensa había informado hace unas dos semanas de la prohibición dirigida a todos los miembros de las Fuerzas Armadas del Reino Unido, incluso si están de permiso, de viajar a Ucrania “hasta próximo aviso”, en parte para impedir que la presencia de efectivos británicos pueda ser vista como una provocación por Rusia. Según la publicación, hasta cuatro soldados británicos en servicio están en Ucrania y se enfrentan a un proceso por deserción.
El 3 de marzo, el Ministerio de Defensa de Rusia advirtió que “todos los mercenarios enviados por Occidente a ayudar al régimen nacionalista de Kiev, no son combatientes, según las leyes humanitarias internacionales. No tienen derecho al estatus de prisionero de guerra”.
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