El diario estadounidense publicó el jueves un informe en el cual revela que el régimen de Tel Aviv optó por una opción militar el mismo año, 2012, tras el fracaso de su ataque cibernético con el gusano Stuxnet contra el programa nuclear iraní.
La Fuerza Aérea de EE.UU. analizó las armas y los aviones necesarios para destruir las instalaciones nucleares de Irán y concluyó que Israel carece de equipamientos adecuados. EE.UU. compartió sus resultados a Israel para impedir que realizaran un posible ataque”, indica The Wall Street Journal.
Según la fuente que cita a varios altos cargos estadounidenses, “Israel luego puso a sus aviadores en estado de alerta” para lanzar una operación militar en el país persa.
“La Fuerza Aérea de EE.UU. analizó las armas y los aviones necesarios para destruir las instalaciones nucleares de Irán y concluyó que Israel carecía de equipamientos adecuados. EE.UU. compartió sus resultados con Israel para impedir el eventual ataque”, señala la nota.
Sin embargo, los israelíes no se convencieron e informaron a Washington de un plan de ataque que consistía en “aterrizar aviones de transporte militar en Irán con comandos israelíes a bordo” cuya misión era entrar en la planta nuclear de Fordo (centro de Irán), afirmó el diario, para el cual, “los israelíes planeaban sabotear la instalación nuclear desde el interior”.
Los funcionarios del Departamento de Defensa de EE.UU. (Pentágono) creían que era una misión suicida, por lo que presionaron al régimen de Tel Aviv a avisarles antes de realizarla.
“Todo esto era un esfuerzo para presionar a (Barack) Obama, (presidente de EE.UU.) o los israelíes realmente se estaban acercando a tomar esta decisión, no lo sé”, opinó Michéle Flournoy, la entonces subsecretaria de Defensa para la política.

A pesar de todos los esfuerzos y las campañas antiraníes lanzadas por el premier del régimen de Tel Aviv, Benyamin Netanyahu, Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) acordaron en julio el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés).
El texto reconoce el derecho iraní a tener una industria pacífica atómica propia y elimina las sanciones contra Teherán, a cambio de algunos límites al programa de su energía nuclear.
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