Al ser preguntado sobre el posible envío por Irán de aviones no tripulados (drones), así como misiles balísticos o misiles a Rusia para su uso en Ucrania, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, afirmó el miércoles que “esta no es una preocupación nueva”, la alegación que Irán ha refutado enésima de veces.
El vocero estadounidense manifestó que Washington ha expresado su preocupación de que la cooperación entre Irán y Rusia podría extenderse a otros ámbitos como compartir conocimientos y experiencia.
“Sigue existiendo la preocupación de que Rusia pueda mirar a otros países, incluido Irán, para ayudar a reponer sus existencias de misiles balísticos, al igual que nos sigue preocupando que Rusia siga mirando a la RPDC (Corea del Norte) cuando se trata de otras formas de asistencia para su guerra ilegal contra Ucrania”, manifestó.
Aun con todo, admitió que “no tenemos ninguna información para compartir en este momento con respecto a las entregas actuales de misiles balísticos” por parte de la República Islámica de Irán.
En respuesta a una pregunta sobre la medida que pretende adoptar EE.UU. ante la fuerte colaboración Irán-Rusia, Price afirmó que Washington está utilizando varias herramientas a su disposición para “interrumpir” la transferencia de tecnología entre los dos países vecinos. Como siempre se jactó de la máquina de sanciones contra Tehrán y Moscú, y amenazó con recurrirla contra cualquier objetivo en cualquier parte del mundo que sea parte la colaboración.
La creciente relación entre Irán y Rusia pone a Estados Unidos en una encrucijada, que usa su arma favorita, las sanciones, para contrarrestar a la alianza, pero lo único que consigue es acercar los vecinos cada vez más.
¿Está enviando Irán armas a Rusia?
Los aliados de Ucrania, con EE.UU., Francia y Alemania a la cabeza, han intentado en los últimos meses sentar a la República Islámica en el banquillo de los acusados para increparle, sin pruebas, del suministro de armas, incluidos drones, a Rusia para atacar a su vecino.
Teherán denuncia que esas acusaciones son parte de una guerra psicológica y una campaña de desinformación montadas por Occidente. Moscú, por su parte, ve detrás de todas esas retóricas nuevos intentos de los países occidentales por presionar a Irán.
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