EE.UU. celebra este 8 de noviembre las elecciones de mitad de término, las llamadas "midterms", en una situación que ha vuelto a poner de relieve la división que vive el país.
De hecho, los votantes estadounidenses están fracturados política y culturalmente y están ansiosos por saber hacia dónde se dirige su país. También sienten que el futuro de la democracia está en juego en estos momentos.
Es más, nuevos y viejos rostros contienden el martes en una de las elecciones legislativas más polarizadas que se recuerdan en ese país norteamericano.
Sin que sus nombres estén en las papeletas, el presidente estadounidense, Joe Biden, por un lado, y el expresidente, Donald Trump, por otro, ofrecen dos relatos opuestas sobre los problemas del país y las soluciones que necesita.
Esta es la primera elección nacional desde la toma del Capitolio y va a poner a prueba si EE.UU. puede celebrar una elección sin violencia.
En este marco, alrededor de la mitad de los estadounidenses teme que su país caiga en una guerra civil en la próxima década y afirman cada vez más la violencia está justificada.
Las elecciones intermedias siempre son importantes porque un cambio en el control de la Cámara o el Senado puede frustrar los planes de un presidente en funciones, además, el control del Congreso podría afectar varias pesquisas sobre Trump, incluyendo su papel en el ataque del 6 de enero de 2021.
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