Más de seis décadas de opresión no son suficientes para derrotar lo que comenzó un 26 de Julio de 1953 en Cuba. Allí no solo se triunfó el espíritu revolucionario, sino que se dio continuidad a una lucha internacional que hoy en día simboliza la Patria Grande del Libertador Simón Bolívar.
Pero a medida que la lucha por la determinación de los pueblos continúa, también los enemigos de la libertad enmascarados de fascismo, intentan imponer violencia e intolerancia; embargos y muerte.
Esta caravana de cubanos llegó a Washington. Salieron hace algunos días de Miami. Le urgen al Presidente Joe Biden que este levante el bloqueo contra Cuba, pues este equivale a un genocidio sistemático en el contexto de una de las peores pandemias de la historia moderna.
La soberanía, la dignidad de los pueblos no tiene precio. Y aunque la industria mercenaria contra la determinación popular ha fallado en esta ocasión, lo cierto es que persisten las herramientas de esta lacra: es decir, la desinformación y los intereses políticos a puerta cerrada.
Así, a pesar de la voluntad de estos marchistas, existe hipocresía de parte de estamentos políticos que sustentan el poder, pero que no se atreven a arriesgar sus intereses en favor del levantamiento del embargo por causas humanitarias. Dicen estar a favor de la democracia, pero en realidad están a favor de las injerencias y las ganancias.
Marcelo Sánchez, Miami.
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