Casi nueve meses después de las elecciones legislativas, el Líbano anunció el jueves la formación de un nuevo Gobierno, encabezado por el anterior primer ministro, Saad Hariri, y con unas treinta carteras.
En el nuevo Gabinete, los suníes independientes se quedan con el Ministerio de Estado. El Ministerio de Interior será dirigido, por primera vez, por una mujer, y el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), a pesar de las presiones estadounidenses, ocupará tres ministerios, incluido el de Salud.
“Nos preocupa que Hezbolá, señalado por Estados Unidos como una organización terrorista extranjera, continúe ocupando cargos ministeriales y se le haya permitido nombrar al ministro de Salud Pública”, comunicó ayer viernes el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Robert Palladino.
Nos preocupa que Hezbolá, señalado por Estados Unidos como una organización terrorista extranjera, continúe ocupando cargos ministeriales y se le haya permitido nombrar al ministro de Salud Pública”, comunica el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Robert Palladino.
En ese sentido, Palladino instó, además, al Gobierno libanés a privar a las autoridades vinculadas a la Resistencia libanesa de todos los fondos oficiales y los servicios de los Ministerios que ocupa el Hezbolá.
Durante los últimos meses, EE.UU., el régimen de Israel y Arabia Saudí han intentado debilitar y crear discordia entre la población libanesa con el propósito de que el Hezbolá no consiguiera alcanzar el poder en el Gobierno.
En las elecciones del pasado 6 de mayo, Hezbolá y sus aliados chiíes del Movimiento Amal y el cristiano Movimiento Patriótico Libre, liderado por el presidente Michel Aoun, consiguieron 67 de los 128 escaños.
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