En el Senado estadounidense, los secretarios de Defensa y de Estado de EE.UU., James Mattis y Mike Pompeo, respectivamente, comparecieron para persuadir a los legisladores a mantener el creciente apoyo militar de su país a Arabia Saudí.
Esto ocurre mientras los senadores debaten el posible freno de cooperaciones militares tras revelaciones sobre el presunto involucramiento del príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman, en el asesinato del periodista Jamal Khahsoggi en Turquía.
La conclusión de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) indica que el asesinato de Khashoggi, el columnista del diario estadounidense The Washington Post, ocurrió bajo órdenes directas de Bin Salman. La Administración de Trump ha optado por decir que no entiende el idioma árabe de las cintas del momento de asesinato del periodista.
Mientras Trump busca evitar que las presiones causen el cese de sus relaciones militares multimillonarias con Riad, en Argentina un juez federal ha aceptado la querella de la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) y ha ordenado a la Cancillería del país a que busque información de Turquía y Yemen sobre los crímenes vinculados a Bin Salman.
En Europa también el bloque comunitario ha pedido una revisión sobre las relaciones militares con Arabia Saudí y una respuesta colectiva al caso. Mientras tanto, Alemania ya ha optado por suspender las ventas de armas a Riad.
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