“El fascismo, y las tendencias que conducen al mismo, representan una amenaza más grave ahora que en cualquier otro momento desde el final de la Segunda Guerra Mundial (…) la posibilidad de que al fascismo se le otorgue una nueva oportunidad de pavonearse en el escenario mundial se ve reforzada por la volátil presidencia de Donald Trump”, escribió Albright en un artículo de opinión para el diario local The New York Times.
Albright, quien bajo el presidente Bill Clinton se convirtió en la primera mujer en dirigir el Departamento de Estado de EE.UU., advirtió, que, “el liderazgo estadounidense se está erosionando” bajo la presidencia de Trump.
Además, considera que, “por lo que dijo, hizo y dejó de hacer el señor Trump” ha disminuido constantemente la influencia “positiva” de Estados Unidos en los consejos mundiales.
El fascismo, y las tendencias que conducen al mismo, representan una amenaza más grave ahora que en cualquier otro momento desde el final de la Segunda Guerra Mundial (…) la posibilidad de que al fascismo se le otorgue una nueva oportunidad de pavonearse en el escenario mundial se ve reforzada por la volátil presidencia de Donald Trump”, escribe la exsecretaria de Estado de EE.UU. Madeleine Albright.
Especialmente rechaza el desprecio de Trump por las instituciones democráticas, las libertades civiles y los derechos humanos, ya que asegura que sus políticas han exacerbado las “divisiones religiosas, sociales y raciales”.
También recuerda que Trump “atacó a la judicatura, ridiculizó a los medios, defendió la tortura, toleró la brutalidad policial”, instó a sus partidarios a insultar a los inconformes y “comparó los meros desacuerdos políticos con la traición”.
La conducta del presidente en la Casa Blanca, afirma Albright, también ha envalentonado a los autócratas en todo el mundo. Además, advierte que las amenazas de Trump de retirarse del acuerdo nuclear con Irán y su enfoque agresivo hacia Corea del Norte podrían “poner en marcha eventos que ni él ni nadie más pueden controlar”.
Una reciente encuesta muestra que más de la mitad de los estadounidenses consideran a Donald Trump un presidente ‘racista’, cuyas políticas han empeorado la situación de las minorías que viven en Estados Unidos, como latinos, africanos y musulmanes,.
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