• Manifestantes gritan consignas bajo el lema Salvemos TPS (Estatus de Protección Temporal) frente de la Casa Blanca en Washington, 24 de octubre de 2017.
Publicada: martes, 7 de noviembre de 2017 10:56

La Administración Trump pone fin al Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para los inmigrantes nicaragüenses.

Así anunció el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos en un comunicado leído el lunes por la secretaria interina del este órgano, Elaine Duke, en el cual precisa que la decisión se pondrá en práctica a partir de 2019.

Esa decisión afectará a unos 5000 inmigrantes provenientes de Nicaragua que residen en el país norteamericano, amenazándolos con perder sus permisos para vivir y trabajar en el país norteamericano.

En cuanto a Honduras, el Departamento de Seguridad estadounidense extendió seis meses más el TPS para unos 86 000 inmigrantes hondureños en territorio estadounidense. En concreto hasta 5 de julio de 2018.

Washington aun no ha anunciado la decisión sobre los TPS para Haití y El Salvador, que también expiran en las próximas semanas y de los que se aprovechan unos 59 000 y 264 000 inmigrantes, respectivamente.

 

El TPS es un programa migratorio creado en 1990 que Estados Unidos concede de forma extraordinaria a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales. En la actualidad se benefician de este programa 413 500 inmigrantes que residen y trabajan legalmente en territorio estadounidense.

En caso de que el Gobierno estadounidense no prorrogue el TPS, los inmigrantes beneficiarios tendrían que volver a su país de origen o se convertirían en inmigrantes indocumentados y podrían ser deportados.

El inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, tal y como prometió antes y durante su campaña electoral, sigue empeñado en adoptar medidas para deportar a los inmigrantes.

La política migratoria de Trump, que afecta a varios países del mundo, ha generado un aluvión de rechazo y críticas tanto dentro de EE.UU. como en el todo el mundo. Los críticos vinculan al racismo la postura del inquilino de la Casa Blanca hacia los inmigrantes.

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