“Ciertamente llamamos a las partes a sentarse a la mesa de conversaciones y resolver estas discrepancias”, ha dicho Tillerson después de que varios de ellos rompieran sus relaciones diplomáticas con Catar.
Tras ofrecer la ayuda de EE.UU. para resolver el problema, ha mostrado la posición de Washington a que el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG-integrado por los países árabes ribereños del Golfo Pérsico) debe mantenerse unido.
Para el jefe de la Diplomacia estadounidense, quien está de visita oficial en Australia, las tensiones en el Oriente Medio han alcanzado actualmente a un nivel que “los países decidieron que necesitaban tomar medidas”.
Además, ha expresado su deseo de que esta crisis diplomática no tenga un efecto significativo en la lucha contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), para después recordar que todos estos países expresaron recientemente su unidad en esta materia en la cumbre de Riad, en la que también estaba presente el presidente de EE.UU., Donald Trump.
Baréin, Arabia Saudí, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) anunciaron en las primeras horas de este lunes la ruptura de las relaciones diplomáticas con Catar. El primero en hacerlo fue Manama que atribuyó la medida a los continuos intentos de Doha de “desestabilizar la situación y socavar la seguridad en el Reino de Baréin, intervenir en sus asuntos internos, escalar la tensión, lanzar provocaciones en los medios de información y apoyar al terrorismo”.
Lo siguieron Riad, El Cairo y Abu Dabi que anunciaron minutos después su ruptura con Doha. En un acto unido, los cuatro países cortaron el tráfico terrestre, aéreo y marítimo con Catar, suspendieron toda comunicación aérea y marítima con el país vecino, prohibieron los viajes y residencia recíprocos, y exigieron la salida de los diplomáticos cataríes en el transcurso de 48 horas.
Más tarde, los medios de comunicación saudíes han informado que Catar fue expulsado de la coalición árabe que desde marzo de 2015 realiza operaciones bélicas en Yemen. Tal medida, según la denominada coalición, se debe al supuesto apoyo de Catar a organizaciones terroristas como la red Al-Qaeda, y el grupo extremista Daesh en Yemen.
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