A nosotros no nos han hecho justicia de ningún tipo, de modo que si podemos venir y apoyar a la familia, lo hacemos.
“A nosotros no nos han hecho justicia de ningún tipo, de modo que si podemos venir y apoyar a la familia, lo hacemos”, dijo una de las asistentes, Anika King, quejándose de años de maltratos a la comunidad negra por la Policía de North Charleston, donde el sábado 4, el agente de policía blanco Michael Slager quitó la vida a Scott.
Las honras fúnebres se celebraron en la localidad de Summerville, en el sudeste estadounidense, a unos 30 kilómetros del lugar. Acudieron a la ceremonia, además de los familiares y personas cercanas, algunas personalidades políticas como el senador republicano Timothy Scott, él también afrodescendiente, y algunos miembros de las fuerzas del orden.

Mantengan sus teléfonos a mano y la batería cargada, que nunca se sabe cuándo se necesita que esté uno ahí.
“Racismo manifiesto”, sentenció uno de los sacerdotes oficiantes, George Hamilton, como causa de la muerte de Scott, y les pidió: “Mantengan sus teléfonos a mano y la batería cargada, que nunca se sabe cuándo se necesita que esté uno ahí”.
Prefirieron sin embargo no acudir, por respeto a la familia, los activistas locales del movimiento Las vidas negras importan, surgido en agosto de 2014 a raíz de la muerte del adolescente negro Michael Brown por los disparos del policía blanco Darren Wilson en Ferguson, en el centro-oeste de Estados Unidos, y por muchos otros casos similares.
Los activistas han avisado sin embargo de que llevarán a cabo una serie de manifestaciones de protesta pacíficas, dado que las autoridades no han satisfecho, antes del plazo que habían fijado el viernes noche (hora local), su reivindicación de crear un comité ciudadano con potestad para citar a personas implicadas en casos de este tipo.

El agente homicida, que había dado el alto a Scott porque su coche tenía un faro estropeado, afirmó que su víctima había tratado de dominarlo. La difusión del vídeo puso en evidencia la mentira, y Slager ha sido expulsado. Podría ser condenado a muerte o a 30 años de cárcel.
La mayoría de las ciudades de EE.UU. ha sido escenario, en los últimos meses, de protestas contra la violencia y el racismo policial que han acabado con las vidas de personas como el mencionado Brown, Eric Garner en Nueva York o Ezell Ford y Omar Abrego (ambos de Los Ángeles).
El pasado septiembre, el presidente estadounidense, Barack Obama, reconoció el extendido racismo de las autoridades policiales y del sistema judicial del país norteamericano, admitiendo que la “lucha contra la discriminación racial aún no ha terminado”.
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