Venezuela, nuestros hijos, nuestros nietos, no estarán tranquilos hasta que Estados Unidos no derogue ese decreto.
“Venezuela, nuestros hijos, nuestros nietos, no estarán tranquilos hasta que Estados Unidos no derogue ese decreto”, ha enfatizado este sábado el mandatario venezolano en su intervención en la VII Cumbre de las Américas, celebrada entre el viernes y sábado en Panamá.

El jefe de Estado bolivariano, que realizó una campaña mundial contra la medida antivenezolana de Obama, como lo había anunciado, ha asegurado tener consigo los listines con más de 11 millones de firmas que al unísono exigen a Obama derogar el decreto ejecutivo que firmó el 9 de diciembre.
“No somos antiestadounidense, ni lo eran Bolívar ni Chávez, somos antiimperialistas”, ha explicado Maduro para luego solicitar a “Obama que derogue el decreto, es un decreto irracional, desproporcionado (…) muy peligroso”.
Washington, ha insistido el mandatario de Venezuela, debe respetar los principios de justicia, del derecho internacional y de la libre determinación de los pueblos, emanados de la Carta de las Naciones Unidas.
No somos antiestadounidense, ni lo eran Bolívar ni Chávez, somos antiimperialistas.
En la cita que aglutinó a jefes de Estado y Gobiernos y altos representantes de los 35 países americanos, Maduro ha resaltado la voluntad de Caracas para dialogar en términos pacíficos con Washington sobre los diversos asuntos que provocan su distanciamiento a fin de “construir una relación civilizada”.
“¿Es legal que alguien dicte el decreto y que no pase nada? (...) Venezuela está bajo una agresión, bajo una amenaza, que debe ser desmontada. Nosotros queremos paz y queremos conversar con el Gobierno de Estados Unidos (…) Le tiendo mi mano, señor Obama, para que hablemos y resolvamos en paz los asuntos que tengamos que resolver, sin intervenciones”, ha propuesto Maduro.
En seguida, ha planteado cuatro puntos que, a su juicio, conducirán a la recuperación de las débiles relaciones entre ambas naciones
Primero, ha indicado, reconocer la independencia y soberanía de Venezuela y la existencia de una revolución bolivariana y socialista en este país, así como darse cuenta de su error que supone “creer que la muerte de Hugo Chávez la revolución bolivariana se acabaría”.
¿Es legal que alguien dicte el decreto y que no pase nada? (...) Venezuela está bajo una agresión, bajo una amenaza, que debe ser desmontada. Nosotros queremos paz y queremos conversar con el Gobierno de Estados Unidos (…) Le tiendo mi mano, señor Obama, para que hablemos y resolvamos en paz los asuntos que tengamos que resolver, sin intervenciones.
Segundo, derogar el decreto estadounidense por la vía diplomática al que ha catalogado de un instrumento para socavar la independencia, soberanía y autodeterminación del país latinoamericano.
En tercer lugar, Maduro ve necesario que Washington desmonte la “maquinaria de guerra psicológica” dirigida desde la embajada de Estados Unidos en Venezuela y cuyo fin es acabar con el proyecto revolucionario bolivariano y con los logros sociales alcanzados en los últimos 16 años.
En última instancia, ha llamado al bloque a tomar las medidas legales para detener el plan conspirativo contra Venezuela que desde las ciudades estadounidenses de Miami y Nueva York instruye a la extrema derecha venezolana.
Al respecto, ha recordado que a mediados de febrero pasado su Gobierno desbarató una intentona golpista que incluía planes magnicidas, incluso contra su persona, los mismos que fueron financiados desde EE.UU.

Cabe agregar que en la cita de Panamá los países latinoamericanos han expresado su apoyo incondicional a Venezuela.
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