"Hay elementos en nuestra agencia que enfrentan el estrés volcándose hacia el alcohol" y que causan "grandes daños" al resto del personal, se lamentó Clancy en una audiencia ante el subcomité de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara Baja de EE.UU.
"Hay elementos en nuestra agencia que enfrentan el estrés volcándose hacia el alcohol" y que causan "grandes daños" al resto del personal, se lamentó Clancy en una audiencia ante el subcomité de Asignaciones Presupuestarias de la Cámara Baja de EE.UU.
En su primera comparecencia ante el Congreso desde su designación a mediados de febrero, Clancy recibió fuertes críticas de parte de los congresistas por el último escándalo que ha sacudido a la agencia, es decir, el protagonizado por dos agentes que estrellaron su vehículo el 4 de marzo contra una barrera de seguridad de la Casa Blanca, tras haber consumido bebidas alcohólicas.
En este sentido, tras alegar que no supo de este último suceso hasta cinco días después, recalcó que el Departamento de Seguridad Nacional decidirá tras sus pesquisas si los agentes deben ser despedidos o no.
"Debe hacer una autodisciplina, un reconocimiento de las responsabilidades propias. Debemos encontrar la manera de ayudar a quienes se inclinan por el alcohol", adujo. Agregó que “hay mucho trabajo por hacer” y que es necesario un cambio de la cultura dentro de la agencia, especialmente la del “uso de alcohol”.
No obstante, las explicaciones de Clancy sobre las fallas en la seguridad para proteger la Casa Blanca y al presidente y las medidas adoptadas por esta agencia al respecto no convencieron a los enfurecidos legisladores.
La diputada demócrata Nita Lowey tachó de “escandaloso” el testimonio del director del Servicio Secreto sobre los incidentes, mientras que el presidente del subcomité, el republicano Harold Rogers, criticó que el suceso fue el último de una “larga lista” de episodios similares.
Rogers cuestionó además que Clancy tenga la “determinación” para realizar los cambios necesarios a fin de que la agencia recupere la credibilidad perdida.
La imagen de esta fuerza se desprestigió también con otros incidentes, por ejemplo, cuando miembros del servicio fueron suspendidos por una noche de parranda en Ámsterdam (Holanda) el año pasado u otro caso en el que varios agentes se vieron involucrados con prostitutas en una noche de juerga en un hotel de Cartagena (norte de Colombia) en 2012, cuando Obama participaba de la Cumbre de las Américas.
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