“Lo único que puede vengar la sangre de este mártir es la total eliminación de EE.UU. de la región”, ha dicho este lunes el comandante de la División Aeroespacial del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de brigada Amir Ali Hayizade.
Hayizade asegura que ni la muerte del presidente estadounidense, Donald Trump, que ordenó el asesinato de Soleimani, puede compensar la sangre del prominente militar persa, caído mártir el viernes en un atentado terrorista estadounidense contra dos vehículos de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) en Bagdad, capital iraquí. El subcomandante de esa milicia iraquí, Abu Mahdi al-Muhandis, perdió la vida en el mismo ataque.
Insiste en que la sangre de Soleimani no quedará vengada simplemente “lanzando cuatro misiles o atacando una base [de los Estados Unidos]”. “Quiero decir que nada de ello tiene el mismo valor que la sangre de este mártir”.
El asesinato del destacado mando castrense iraní ha desatado rotundas condenas tanto dentro de Irán como a nivel regional e internacional. El alto estrega iraní Qasem Soleimani, desempeñó un papel relevante en los cruentos combates contra los grupos terroristas en Irak y Siria, muchos de ellos respaldados por el régimen israelí, algunos países occidentales y ciertas monarquías árabes, razón por la cual había recibido amenazas de muerte, en concreto del servicio de inteligencia de Israel (el Mossad).
Las autoridades iraníes han advertido a los criminales de EE.UU. que la República Islámica va a vengar la muerte de su destacado militar. Un militar persa tachó el asesinato de Soleimani del “mayor error estratégico de EE.UU. en los últimos 40 años” y aseguró que Irán tiene a su alcance objetivos vitales de ese país.
Teherán, en reiteradas ocasiones, ha denunciado la “peligrosa” presencia estadounidense en la región como una amenaza para la paz y la seguridad.
Ayer domingo, el Parlamento de Irak aprobó una resolución pidiendo al Gobierno cancelar la solicitud de asistencia de EE.UU. y poner fin a la presencia de sus fuerzas. Irán dejó claro, de seguir la presencia militar de EE.UU. tras la resolución del Parlamento para que abandonen su país, se trataría de un ejemplo de “ocupación”.
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