• El presidente colombiano, Gustavo Petro, en la ceremonia de honores a soldados e indígenas en Bogotá, el 26 de junio de 2023 (Foto: Getty Images)
Publicada: viernes, 3 de noviembre de 2023 6:49

El presidente de Colombia condenó el empleo de las bombas de fósforo blanco por parte de Israel contra los palestinos y subrayó que es un “crimen de guerra”.

“El criminal de guerra, independientemente de su religión, ideología o nación, debe ser juzgado y encarcelado”, declaró el jueves el presidente de Colombia, Gustavo Petro, en su cuenta en la res social X sobre el bombardeo de una escuela de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA siglas en inglés) en la Franja de Gaza con las bombas de fósforo blanco arrojadas por el régimen de Israel.

El mandatario colombiano, al condenar el acto de Israel en emplear este tipo de municiones en la guerra contra los civiles palestinos, señaló que “el químico se pega a la piel y penetra hasta los huesos. Mata en medio de un intenso dolor”.

Petro manifestó que según las leyes internacionales, lanzar estas bombas contra la gente es “un crimen de guerra”. “El derecho internacional no es para ser usado contra los rivales, a conveniencia; sino que obliga a todas las naciones de la tierra, a todos los pueblos del mundo”, agregó el presidente de Colombia.

Las bombas de fósforo blanco es un arma incendiaria indiscriminada que se enciende al contacto con el oxígeno e en espacios cerrados, los vapores tóxicos pueden causar asfixia y daño respiratorio permanente.

Desde el estallido de las atrocidades del régimen de Israel a Gaza, las fuerzas sionistas han lanzado fósforo blanco contra civiles en diferentes puntos del enclave costero, además de utilizar otras armas prohibidas internacionalmente, como bombas de vacío, de conmoción cerebral, entre otras.

Desde el inicio de la agresión israelí contra la Franja de Gaza, el 7 de octubre, el régimen sionista ha bombardeado el enclave costero con más de 18 000 toneladas de explosiones. Estos ataques han dejado más de 9061 muertos, incluidos 3760 menores de edad, y 2326 mujeres, además de 32 000 heridos.

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