El peligro más frecuente estaría en los agujeros negros estelares. Estos objetos tienen más o menos de 100 a 300 kilómetros de diámetro y una masa 20 o 30 veces la de nuestro Sol, y nacen con la muerte violenta de algunos tipos de estrellas. Pero ahí fuera existen monstruos mucho más aterradores, aunque también más raros: los agujeros negros supermasivos, según recogió el miércoles ABC.
Estos objetos tienen al menos cientos de miles de masas solares y diámetros de millones de kilómetros y se encuentran en el centro de las grandes galaxias. Si bien se comprende el origen de los agujeros negros estelares, el origen de los supermasivos es un tema de debate científico.
Ahora, un estudio, que se acaba de publicar en la revista Nature, ha propuesto una explicación para el origen de los agujeros negros supermasivos. En resumen, asegura que basta con que haya nubes de gas que se compacten de un modo muy rápido para que estos colosos nazcan incluso antes que sus galaxias.
Muchos astrónomos han sugerido hasta el momento que estos colosos nacieron de agujeros negros pequeños formados tras el nacimiento de las primeras estrellas, y que luego contribuyeron a formar galaxias. Otros, que se formaron a la vez que sus galaxias.
Esto echa por tierra la hipótesis que explicaba que los agujeros negros supermasivos se formaban en nubes gaseosas bombardeadas por la potente radiación de galaxias vecinas.
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