El Ministerio de Transporte de China ha anunciado este martes la implementación de una tarifa portuaria especial dirigida a buques vinculados con Estados Unidos, como respuesta a una medida similar adoptada por Washington.
Según el Gobierno chino, las nuevas tasas afectarán a embarcaciones de propiedad, operación, construcción o bandera estadounidense, que transporten desde juguetes navideños hasta petróleo crudo. Quedan exentos de estos gravámenes los barcos construidos en China y los buques vacíos que ingresen a astilleros chinos para reparaciones.
El gravamen será de 400 yuanes (56 dólares) por tonelada neta y se incrementará anualmente hasta alcanzar los 1120 yuanes (157 dólares) en 2028.
En un comunicado, el Ministerio de Comercio de China ha criticado la tarifa adicional impuesta previamente por Estados Unidos a los buques de propiedad o uso chino, calificándola como una “grave violación de los principios comerciales internacionales” y del Acuerdo de Transporte Marítimo bilateral. Además, ha advertido que esta medida “causa un serio perjuicio al comercio marítimo entre ambos países”.
En este contexto, Pekín ha considerado que su respuesta “es un paso justificado para proteger los derechos e intereses legítimos de la industria y las empresas marítimas chinas, al mismo tiempo que garantiza un entorno de competencia justa para la industria naviera internacional”, ha afirmado el ministerio, según reportó Global Times.
En otra parte, China ha anunciado sanciones contra cinco subsidiarias del constructor naval surcoreano Hanwha Ocean que operan en Estados Unidos, como respuesta a las restricciones impuestas por Washington tras una investigación bajo la Sección 301, centrada en los sectores marítimo, logístico y naval chinos.
El Ministerio de Comercio de China instó a Estados Unidos a corregir sus “prácticas erróneas” y abandonar el proteccionismo, advirtiendo que las medidas de Washington “violan las normas de la Organización Mundial del Comercio” (OMC) y otorgan ventajas injustas a las empresas estadounidenses de transporte y construcción naval.
La cartera ha reafirmado que China “no busca una guerra comercial, pero tampoco la teme”, y subrayó que “si se trata de pelear, China está dispuesta a hacerlo hasta el final; si se trata de dialogar, las puertas están abiertas”.
Al concluir, el portavoz del Ministerio chino de Comercio ha calificado las tasas portuarias estadounidenses, anunciadas en abril y vigentes desde hoy, como un “ejemplo típico de unilateralismo y proteccionismo”, además de una clara “violación” de las normas de la OMC.
Al inicio de su mandato, el presidente de EE. UU., Donald Trump, impuso un arancel del 10 % a productos chinos importados y amenazó con aplicar tarifas adicionales.
Asimismo, el pasado viernes advirtió que aumentaría el impuesto a las importaciones procedentes de China a partir del 1 de noviembre, en reacción a las nuevas restricciones chinas sobre la exportación de tierras raras, un componente clave en numerosos productos de consumo y de uso militar.
Pekín intensificó el jueves las restricciones a las exportaciones de tierras raras, ampliando la lista de minerales bajo control y extendiendo las limitaciones al uso de sus tecnologías de producción en el extranjero, incluso en aplicaciones militares y de semiconductores. La decisión generó alarma inmediata dentro del Gobierno de Trump, según varios funcionarios.
Este año, Trump ha incrementado los impuestos a las importaciones de muchos socios comerciales de Estados Unidos, buscando concesiones a cambio de reducciones arancelarias. China, una de las pocas naciones que no ha cedido, ha optado por apoyarse en su poderío económico.
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