Con 110 votos a favor y 38 en contra, la Cámara Baja de Chile dio luz verde al plan bandera del gobierno de izquierda de Gabriel Boric, tras recibir el visto bueno del Senado, el pasado lunes.
Tras la votación el mandatario más joven de la historia chilena celebró su triunfo y lo calificó como un beneficio para el pueblo. Tras su fracaso en su intento de sustituir a la Constitución de Pinochet y de subirles los impuestos a los ricos a través de una ley tributaria rechazada por el Congreso, esta reforma de pensiones es un paso contundente hacia las promesas electorales de Boric.
Con los cambios aprobados por el Legislativo, las empresas aportarán el 8,5% y los trabajadores seguirán cubriendo el 10% del ahorro pensional, que fue establecido en el modelo de la dictadura. Ese porcentaje del salario de los empleados, captado por las privadas administradoras de fondos de pensiones, AFP, se destinaba a la inversión en sus portafolios de negocios.
El gobierno estima que bajo el nuevo modelo las pensiones subirán entre un 14 y 35%, atendiendo así el pedido de los chilenos que por años han protestado contra un sistema que apenas si garantizaba un mínimo de pensión.
La reforma comenzará a ser implementada seis meses después de su promulgación, y se espera que rija plenamente hacia el 2035.
sbd/tmv