En Santiago (capital de Chile), una manifestación fue duramente reprimida. El crimen desató una grave crisis institucional y política.
El 14 de noviembre, un sargento de la policía disparó un tiro en la nuca al joven mapuche Camilo Catrillanca. El asesino y sus cómplices mintieron y ocultaron evidencia, supervisados por altos oficiales. Sumado a la corrupción militar, el episodio desató una crisis peligrosa para el ya débil proceso democrático.
Pese a la salida de varios oficiales, tanto el ministro del Interior como el director de Carabineros siguen en sus puestos.
En Santiago, agrupaciones sociales y del pueblo mapuche organizaron una manifestación por la fecha. Demandan la desmilitarización y la renuncia del ministro.
La represión cayó de improviso, con violencia y sin motivo. Como para demostrar quien manda.
Alejandro Kirk, Santiago.
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