En víspera de Ashura que marca la conmemoración del martirio del tercer Imam de los chiíes, el Imam Husein (la paz sea con él), las fuerzas del régimen de Al Jalifa han convocado a Sheij Issa al-Mu’min, Sheij Ali Ashour, Sheij Aqeel al-Ghanimi, Sheij Yassim al-Damistani, Seyed Maytham al-Muhafazah y Sheij Mamdouh al-Aali, para que sean interrogados, según ha informado este lunes la cadena de televisión local Lualua, en su versión en árabe, citando a activistas de derechos humanos.
Anteriormente, las autoridades de Baréin comenzaron a convocar a varios clérigos chiíes, incluidos, Seyed Yaber al-Shahrakani, Sheij Muhamad Ali al-Mahfuz, Sheij Muhamad Al-Ashur y Sheij Zoheir al-Yal, para supuestamente interrogarlos en medio de la llegada del mes de Muharram, fecha en la que los musulmanes chiíes participan en rituales de duelo de conmemoración del martirio del nieto del profeta del Islam, Imam Husein (P), revelaron el viernes los medios locales.
El régimen de Manama arrestó a otros predicadores como Sheij Menbar al-Maatouq y Sheij Muhammad al-Al-Ayimi.

Cada año desde 2011, cuando la población se levantó para protestar de forma pacífica y exigir el fin de la política de represión de Manama, el régimen de Baréin incrementa la represión de las ceremonias de duelo de Muharram, interrumpiendo los actos y arrestando a los clérigos chiíes.
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El Ejército bareiní ha destruido decenas de mezquitas chiíes en todo el país desde el inicio de las manifestaciones, durante las cuales las fuerzas del reino árabe y sus aliados han matado a decenas de personas y han arrestado a cientos más.
De acuerdo con los activistas bareiníes, muchas personas, entre ellos líderes de los grupos de la oposición, médicos, profesores, estudiantes y funcionarios, se encuentran en las prisiones, donde también han sufrido torturas.
Amparado y protegido por EE.UU., los Al Jalifa siguen violando los derechos humanos de los ciudadanos desde 2011 porque las críticas hechas por otros países y las organizaciones internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se limitan en comunicados y palabras y nunca se convierten en una medida práctica para defender a los bareiníes que siguen exigiendo a diario la renuncia de este régimen.
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