Con sus escasas pertenencias, estos Rohingya embarcan en un ferri que, en un primer plano, parece llevarles de excursión a un lugar no tan lejano. Pero, la realidad es otra. El destino es la isla de Bhasan Char en la Bahía de Bengala.
El proyecto del Gobierno es asentar a 100 mil refugiados Rohingya en la remota y deshabitada isla, azotada con frecuencia por ciclones e inundaciones y que surgió del mar hace apenas 20 años.
En está ocasión son 1804 Rohingya. A principios de este mes ya habían reubicado a más de MIL 600. La ONU ha dicho que no se le ha permitido realizar una evaluación técnica y de seguridad del lugar y que no participó en el traslado de refugiados. Pero, al parecer, los refugiados Rohingya solo buscan deshacerce de las precarias condiciones en que viven en el campamento de Cox´s Bazar.
Bangladés invirtió unos 400 millones de dólares en la construcción de instalaciones para albergar a los refugiados y de un muro de tres metros de altura alrededor de las instalaciones.
El estado de Rajine, en Myanmar, hogar de los musulmanes Rohingya, atrajo la atención mundial en 2017, cuando más de 750 mil personas huyeron al vecino Bangladés para escapar de la brutal represión del Ejército birmano. Según los investigadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esta represión se llevó a cabo con intención genocida y fue tildada de limpieza étnica.
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