• Columna de humo sale de la refinería de petróleo de Haifa, considerada la mayor de Israel, tras un ataque con misiles lanzado desde Irán, 15 de junio de 2025.
Publicada: lunes, 7 de julio de 2025 1:07

Según expertos económicos pérdidas infligidas a Israel por el ataque de Irán a la mayor refinería de petróleo del régimen podrían ascender a 3000 millones de dólares.

Las estimaciones citadas en un informe del domingo de la agencia de noticias Fars expresaron que la refinería en la ciudad de Haifa, en los territorios ocupados por Israel, había sufrido daños entre 1500 y 2000 millones de dólares en sus instalaciones físicas como resultado del ataque iraní que tuvo lugar el 17 de junio.

El informe indicó que la refinería, que tenía una capacidad de procesar 197 000 barriles por día antes del ataque, también perdería unos 450 millones de dólares en ingresos mensuales hasta octubre, cuando se espera que vuelva a funcionar.

Conforme al informe, el régimen israelí tendrá que aumentar sus importaciones de productos petrolíferos debido al impacto, ya que su otra refinería clave en el puerto de Ashdod está siendo reparada.

 

“El aumento de las importaciones agregaría más presión a las finanzas del régimen en un momento en que está lidiando con las consecuencias de la guerra con Irán”, agregó.

En este caso, el informe señala que el cierre de la refinería en Haifa ha afectado seriamente los precios internos del combustible en los territorios ocupados y ha provocado un aumento de los costos de transporte y fabricación para el régimen.

La escasez de combustible también ha incrementado el número de cortes de electricidad en las ciudades y pueblos controlados por Israel, lo que ha provocado un creciente descontento público.

El ataque a la refinería se produjo después de que el régimen israelí atacara la infraestructura económica de Irán, incluida una instalación de procesamiento de gas en el sur del país y dos instalaciones de almacenamiento de combustible en la capital, Teherán.

Los informes han señalado una devastación masiva en Tel Aviv y Haifa como resultado de los ataques iraníes, a pesar de los esfuerzos del régimen israelí por encubrir los daños.

El 13 de junio, Israel lanzó una flagrante agresión sin motivo alguno contra Irán, en flagrante violación del derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas y el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). La ofensiva apuntó objetivos selectivos e indiscriminados, por lo que fueron martirizados numerosos comandantes militares de alto rango, científicos nucleares y civiles inocentes.

Más de una semana después, Estados Unidos se sumó al conflicto, bombardeando tres instalaciones nucleares iraníes, en un supuesto intento de impedir el desarrollo del programa nuclear pacífico iraní.

En respuesta, las Fuerzas Armadas iraníes atacaron sitios estratégicos en los territorios ocupados en el marco de la operación sin precedentes ‘Verdadera Promesa III’, así como la base aérea de Al-Udeid en Catar, la mayor base militar estadounidense en Asia Occidental.

El 24 de junio, Irán, mediante sus exitosas operaciones de represalia contra el régimen israelí y Estados Unidos, logró detener el asalto ilegal, imponiendo un alto el fuego a los agresores.

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